Nuestros caracoles vivos, en malla, los servimos ya purgados, es decir, sin restos ni de comida, ni de excrementos en sus conductos, puesto que se han mantenido en ayunas durante al menos dos semanas, justo antes de forzar su hibernación. Esto facilita el consumo de caracoles, puesto que el mismo día de su adquisición podrán ser consumidos.
Por tato, los caracoles están limpios por dentro, pero no tienen por qué estarlo perfectamente por fuera. Para limpiar esas pequeñas impurezas que puedan tener por fuera de la concha (normalmente restos de tierra), es suficiente con lavarlos varias veces con agua fría, frotandolos entre sí, hasta el agua de lavado salga completamente limpia.
Existen ideas muy equivocadas sobre la manera de limpiar los caracoles. Es un error, que se encuentra incluso en libros clásicos de cocina, purgarlos con sal, vinagre, mezclas de limón y vinagre, etc.
Ante tan violenta agresión, el pobre animal reacciona segregando moco abundante, hasta quedar agotado y macilento (aspecto: mustio, decaído, flaco, triste). Probad a lavarlos sólo con agua abundante varias veces y veréis la diferencia.
Este proceso es el mismo para cualquiera de las recetas, a partir de aquí, cada receta sigue su curso.
Proyecto subvencionado, e incluidos en la inversión 4 «Emprendimiento y microempresas», del componente 23 «Nuevas políticas públicas para un mercado de trabajo dinámico, resiliente e inclusivo», en el marco del PRTR de Castilla y León. (PROTECOM), y orientado a la Transformación Digital. (Resolución del Presidente de la Comisión Ejecutiva de Formación para el Empleo de la Fundación para el Anclaje Empresarial y la Formación para el Empleo en Castilla y León de 30 de septiembre de 2022, BOCYL nº 193, de 05 de octubre de 2022) . Financiado por la Unión Europea.